11/10/2013 Mi Selección de la Semana en Fitness y Salud.

Pili Cuadrado

Pili Cuadrado

Sé que tienes una agenda muy ocupada, pero quieres mantenerte al día con las últimas noticias e investigaciones sobre fitness y salud. Por eso, cada semana te informo sobre un artículo reciente que he leído. El artículo de esta semana es:

How Intense Study May Harm Our Workouts [Cómo el estudio intenso puede afectar nuestros entrenamientos]

Un nuevo y notable estudio acerca de la fatiga mental ha encontrado, que el esfuerzo mental extenuante puede reducir la resistencia y conducir a acortar los entrenamientos, aunque en términos fisiológicos estrictos, el cuerpo tiene todavía un montón de reservas.

Aquí mi resumen:

Con la mayoría de los estudios encontrando que las sesiones cortas de ejercicio suelen mejorar la memoria cognitiva, los científicos siempre han estado intrigados por la idea de que el ejercicio físico afecta nuestra capacidad de pensar. El ejercicio físico prolongado y agotador, por otro lado, puede dejar a los que se ejercitan demasiado desgastados para pensar con claridad, al menos por un corto período de tiempo. 

Pero la posibilidad inversa de que pensar demasiado puede perjudicar el rendimiento físico, ha recibido mucho menos atención. Así que los científicos de la Universidad de Kent en Inglaterra y el Instituto Francés de Salud e Investigación Médica, conocido como INSERM, unieron sus fuerzas para investigar el asunto. En un estudio publicado en línea, en Medicine & Science in Sports & Exercise, éstos decidieron agotar los cerebros de los voluntarios con juegos mentalmente exigentes, para ver que tan bien sus cuerpos entrenarían después.

La fatiga es una condición compleja, multifacética. La ciencia del ejercicio generalmente se concentra en la fatiga corporal, que es una reducción en nuestra capacidad de contraer los músculos y mantenernos en movimiento.

Aunque las causas son difíciles de precisar, nuestras mentes también se cansan. Las neuronas pueden escasear el combustible y otros procesos que probablemente estén involucrados. Pero está claro, y muchos de nosotros lo sabemos por experiencia personal, que concentrarse en un proyecto exigente intelectualmente durante horas nos drena mentalmente.

Para determinar el impacto que esa fatiga mental puede tener después en el ejercicio, los investigadores primero pidieron a 10 hombres jóvenes, sanos y activos visitar un laboratorio de ejercicio en varias ocasiones. Durante cada visita, estos comenzaron por tener monitores y un electrodo en una pierna y luego, tenían que contraer vigorosamente los músculos de sus piernas, mientras que el electrodo mandaba una pequeña cantidad de energía eléctrica a éstos, aumentando su esfuerzo de manera que alcanzaran su máximo de fuerza contractada en ese movimiento. Se esperaba que los músculos cansados produjeran menos fuerza y una respuesta más débil a los choques eléctricos, diciéndoles a los científicos hasta qué grado el cuerpo había desarrollado tanto la fatiga localizada  como la central.

Luego, los voluntarios se sentaron durante 90 minutos frente a una computadora, mirando fijamente las letras individuales parpadeando al mismo tiempo, mientras éstos contaban cada cuatro y pinchaban varias teclas, dependiendo de cómo cada grupo de letras fue configurado. Este test es muy conocido para inducir la fatiga mental.

Durante otra visita al laboratorio, éstos vieron “Earth”, un calmado documental de 90 minutos.

Después de ambas actividades intelectuales, los hombres ejercitaron una de sus piernas en un ergometro hasta el punto de agotamiento muscular, mientras les decían a los investigadores con frecuencia cuan extenuante se sentía el ejercicio.

A continuación, se sometieron una vez más a la prueba de esfuerzo contráctil.

Al final resulto que, la fatiga mental afectó significativamente la resistencia de los hombres. Estos se cansaron más rapiditamente después de la prueba de la computadora que después de ver el documental. Ellos también reportaron que el entrenamiento se sintió mucho más duro.

Sin embargo, su fuerza de contracción máxima era aproximadamente la misma después de cada sesión. Sus músculos respondieron con fuerza a las órdenes del cerebro y del electrodo adjunto después de la agotadora sesión de entrenamiento mental y después de la sesión suave, aunque éstos se sintieron como si sus músculos estuvieran mucho mas cansados.

Este hallazgo sugirió que la producción de fuerza máxima no se ve alterada por la fatiga mental, pero el rendimiento de resistencia si se altera, y esta alteración está estrechamente vinculada con una mayor sensación del esfuerzo percibido, dijeron los científicos del estudio llevado a cabo en el INSERM.

En  términos más simples, el ejercicio simplemente se siente más duro cuando tu cerebro está cansado. Esto tiene múltiples implicaciones en como combinamos el raciocinio y el sudor. Se sugiere, por ejemplo, que en la mañana de una importante carrera o una sesión de entrenamiento fuerte, no es el momento ideal para trabajar en proyectos que requieran pensar demasiado.

De otra manera, los resultados también sugieren entrenar nuestro cerebro para prevenir o limitar la fatiga mental para mejorar el rendimiento físico. Entrenarnos para hacer crucigramas rápidamente podría mejorar los entrenamientos físicos, alterando sutilmente como la mente y los músculos se comunican y haciendo que tu cerebro sea menos propenso a considerar que tus músculos se debiliten fácilmente.

Pero esta posibilidad no ha sido probada. Por ahora, la conclusión más convincente del estudio es que, nuestros sentimientos no siempre reflejan nuestro estado fisiológico y nuestros cuerpos pueden en muchos casos ser más resistentes de lo que pensamos.

 

 

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