Mi hijo Alejandro es un adolescente al que le ha costado mucho cultivar el hábito del ejercicio. Sin embargo, en los últimos meses ha logrado ser consistente con sus entrenamientos, encontrando la razón de por qué le ha sido más fácil esta vez.
Su idea.
1.- Enfócate en cómo te sientes. “Si tú te enfocas en lo bien que te sientes,y no en cómo te ves, esto hace que quieras seguir entrenando”.
Alejandro lleva tres meses entrenando de manera constante.
La segunda idea se basa en la opinión de un lector, en la tercera edad, el cual se ejercita todos los días.
2.- Míralo como un sistema. “El ejercicio te ayuda a dormir mejor, lo que te ayuda a tener un mejor descanso y a su vez a comer de manera más sensata, y todo esto te hace más propenso a ejercitarte”.
Un círculo que empieza por el ejercicio.
Estas ideas son la experiencia de dos personas que, aunque con edades bien disímiles, ambas disfrutan del bienestar que les produce el ejercicio en sus vidas.
Una de las cosas que pueden ayudarte a desarrollar el hábito del ejercicio diario es entender sus beneficios.
Descubre, como lo hicieron estos dos jóvenes, los efectos que tiene el ejercitarte en lo más profundo de ti. Al final, estos efectos no solo se sentirán, también se verán.
Según tu experiencia: ¿Qué otra idea pudieras agregar?