Sé que tienes una agenda muy ocupada, pero quieres mantenerte al día con las últimas noticias e investigaciones sobre fitness y salud. Por eso, cada semana te informo sobre un artículo reciente que he leído. El artículo de esta semana es:
Sit Less, Live Longer? [¿Si te sientas menos, Vives más?]
Aquí mi resumen:
Para toda la gente que necesita motivación para parase de sus sillas y ser menos sedentarios, dos nuevos estudios pueden darle el ímpetu para lograrlo. Uno de ellos encontró que sentarse menos puede desacelerar el proceso de envejecimiento dentro de las células, y el otro subraya que estar parados—aunque sea inmóvil—puede ser muy bueno también.
Para muchos de nosotros, sentarse es nuestra común caminata, y es que algunos nos sentamos por 8 horas o más al día. Aún la gente que se ejercita por una hora, tiende a pasar la mayoría de las horas que le restan al día sentados.
Las consecuencias para la salud de este sedentarismo están muy bien documentadas. Estudios pasados han encontrado que mientras más horas esté sentada la gente, más propensa será a desarrollar diabetes, enfermedades de corazón y otras condiciones y, con un gran potencial de morir prematuramente, aún si se ejercita regularmente.
Pero la mayoría de estos estudios fueron asociativos, o sea que estos encontraron un vínculo entre el sentarse y la enfermedad, pero no pudieron probar cómo, o si el sentarse mucho, causaba un deterioro en la salud.
Así que para el más vanguardista de los nuevos estudios, el cual fue publicado este mes en el Brithish Journal of Sports Medicine, científicos en Suecia decidieron llevar a cabo un experimento, en el cual ellos alterarían la cantidad de tiempo que la gente utiliza en ejercitarse y en sentarse, dando seguimiento a ciertos resultados fisiológicos. En particular, con este experimente, los científicos estaban interesados en si estos cambios en tiempo de sedentarismo afectaría los telómeros de la gente.
Los telómeros son las tapitas del final de las hebras del ADN. Estos se acortan y se vuelven frágiles según las células envejecen, aunque el proceso no es estrictamente cronológico. La obesidad, enfermedad y otras condiciones, pueden acelerar el acortamiento, causando a las células el envejecimiento prematuro, mientras alguna evidencia sugiere que un estilo de vida saludable puede preservar la longitud de los telómeros, dilatando el proceso de envejecimiento.
Para el nuevo experimento, los científicos suecos reclutaron a un grupo de hombres y mujeres de 68 años, sedentarios y en sobrepeso, tomando muestras de sangre, para medir el largo de los telómeros en sus glóbulos blancos. Después, la mitad de los voluntarios comenzaron un programa individual de ejercicio moderado, diseñado para mejor su salud en general. y también se les dijo, que se sentaran menos.
A los otros voluntarios se les dijo que continuaran su vida normal, aunque los científicos los instaron a tratar de perder peso y estar saludables, sin ofrecerle ningún método específico para hacerlo.
Después de seis meses, todos los voluntarios retornaron para una segunda prueba de sangre y para completar un cuestionario acerca de sus actividades diarias. Estas mostraron que esos en el grupo que se ejercitaba, lo estaban haciendo más de lo que lo habían hecho anteriormente. Pero también, se sentaron mucho menos.
Y cuando los científicos compararon los telómenos, encontraron que los de los voluntarios que estuvieron menos tiempo sentados, se habían alargado. Sus células parecían estar creciendo fisiológicamente más jóvenes.
Mientras tanto, los telómeros en el grupo de control eran más cortos, en general, de lo que habían sido seis meses antes.
Sin embargo, lo más interesante, quizás fue, que hubo una pequeña correlación entre el ejercicio y la longitud del telómero. En realidad, los voluntarios en el grupo que se ejercitaba quienes habían entrenado más durante los pasados seis meses, ahora tendían a tener ligeramente menos longitud y aún más, algún acortamiento, comparado con esos que se habían ejercitado menos pero se pararon más.
La reducción en el tiempo de sedentarismo había alargado los telómeros, concluyeron los científicos, mientras que el ejercicio había jugado un pequeño papel.
Exactamente qué hicieron los voluntarios en lugar de sentarse, es imposible de determinarlo con precisión, pero parece ser que, el tiempo de estar sentados fue reemplazado predominantemente con actividades de baja intensidad, y en particular con pasar tiempo de pie.
Lo que hace al segundo nuevo estudio del comportamiento sedentario particularmente relevante. Pararse no es, después de todo, físicamente demandante para la mayoría de la gente, y algunos científicos han cuestionado si el solo hecho de pararse—sin moverse y caminar—es suficientemente saludable o si sustituye un tipo de sedentarismo con otro.
Si es así, el hecho de estar de pie se puede esperar que incremente los problemas de salud y muerte prematura, como ha sido demostrado que el estar sentados lo hace.
Para determinar si esta situación es verdadera, el profesor Peter Katzmarzyk, experto en comportamiento sedentario, buscó información en un gran banco de data de actividad física en adultos canadienses. El anotó la cantidad de tiempo que los hombres y las mujeres habían reportado estar parados en la mayoría de los días, en el transcurso de una década o más, y revisó esta información con los archivos de muerte, para ver si la gente que se paro más, murió más joven.
En los resultados, publicados en mayo en Medicine & Science in Sports & Exercise, no se encontró ninguna relación entre estar de pie y muerte prematura. Más bien, como se describe en el estudio, “los índices de mortalidad declinaron en más altos niveles cuando estando de pie,” sugiriendo que pararse no es sedentario, ni dañino.
