07/2/2014 Mi Selección de la Semana en Fitness y Salud

Pili Cuadrado

Pili Cuadrado

Sé que tienes una agenda muy ocupada, pero quieres mantenerte al día con las últimas noticias e investigaciones sobre fitness y salud. Por eso, cada semana te informo sobre un artículo reciente que he leído. El artículo de esta semana es:

How Inactivity Changes the Brain [Como la Inactividad Cambia el Cerebro]

Un nuevo estudio ha encontrado que ser sedentario parece alterar el cerebro en maneras que pueden afectar la salud cardiovascular.

Aquí mi resumen:

Muchos estudios han mostrado que el ejercicio puede remodelar el cerebro acelerando la creación de nuevas células cerebrales e induciendo a otros cambios. Ahora parece, que la inactividad, también, puede remodelar el cerebro, de acuerdo a un notable reporte.

Aquí mi resumen:

Este estudio, que fue realizado en ratas, pero igual tiene implicaciones similares en las personas, encontró que ser sedentarios cambia la forma de ciertas neuronas que afectan significantemente no solo el cerebro, sino también el corazón. Los hallazgos pueden ayudar a explicar, en parte, porqué un estilo de vida sedentario es tan perjudicial para nosotros.

Hasta hace 20 años, la  mayoría de los científicos creyó que la estructura del cerebro se completaba en la adultez, que no se podían crear nuevas celulas cerebrales, alterar la forma de esas que ya existían, o de ninguna otra manera, cambiar la mente físicamente después de la adolescencia.

Pero en los años siguientes los estudios neurológicas han demostrado que el cerebro tiene la capacidad de ser reformado, a lo largo de nuestras vidas. Estudios han demostrado que el ejercicio parece ser particularmente hábil para remodelar el cerebro.

Pero poco se sabe acerca de si la inactividad, igual altera la estructura del cerebro y, si lo hace, que consecuencias podría tener.

Así que, para un estudio publicado recientemente en el Journal of Comparative Neurology, los científicos de la Escuela de Medicina en Wayne State University y otras instituciones, reunieron una docena de ratas. Estos pusieron a la mitad de ellas en cajas con ruedas para correr y las dejaron hacerlo a su voluntad. Las ratas cubrieron rápidamente alrededor de 3 millas en un día.  

Mientras, las demás fueron mantenidas en jaulas sin ruedas permaneciendo sedentarias.

Después de casi 3 meses corriendo o descansando, los animales fueron inyectados con un tinte especial que colorea ciertas neuronas en el cerebro. En este caso, los científicos querían marcar las neuronas en la médula contralateral rostral de los animales, una oscura porción del cerebro que controla la respiración y otras actividades centrales inconscientes de nuestra existencia.

La médula contralateral rostral comanda el sistema nervioso simpático del cuerpo, el cual entra otras cosas, controla la presión arterial minuto a minuto mediante la alteración de la constricción de los vasos sanguíneos.  Aunque la mayor parte de la ciencia relacionada con la médula contralateral rostral ha sido completada en animales, los estudios de imagen en las personas, sugieren que tenemos la misma región del cerebro y además, funciona de manera similar.  

Un sistema nervioso simpático bien regulado hace que los vasos sanguíneos se ensanchen o se contraigan según sea necesario y que la sangre fluya para que puedas, por ejemplo, salir huyendo del peligro o levantarte de tu silla sin desmayarte. Pero un sistema excesivamente sensible es problemático, dijo Patrick Mueller un profesor que supervisó el estudio. La ciencia reciente demuestra que la hiperactividad del sistema nervioso simpático contribuye a la enfermedad cardiovascular, mediante la estimulación de los vasos sanguíneos para contraerse demasiado, demasiado poco, o muy a menudo, lo que causa la hipertensión arterial y el daño cardiovascular.

El sistema nervioso simpático responderá de forma errática y peligrosa, teorizan los científicos, si recibe demasiados y, posiblemente, confusos mensajes de las neuronas en la médula ventrolateral rostral.

Y, como resultó cuando se examinó el interior de los cerebros de las ratas, después que estas habían estado activas o sedentarias durante unas 12 semanas, habían diferencias notables, entre los dos grupos, en la forma de algunas de las neuronas en esa región del cerebro.

Se recreó el interior del cerebro de los animales, usando un programa de digitalización computarizada, y los científicos pudieron establecer que las neuronas en los cerebros de las ratas que corrieron todavía tenían la forma de lo que habían sido al inicio del estudio, y estaban funcionando normalmente.

Pero en muchas de las neuronas en los cerebros de las ratas sedentarias, habían brotado muchos nuevos brazos, conocidos como ramas que conectan las neuronas sanas en el sistema nervioso. Pero estas neuronas tenían ahora mas ramas de las que tendrían las neuronas normales, haciéndolas más sensibles a los estímulos y aptas para dispersar mensajes dentro del sistema nervioso.

En efecto, estas neuronas habían cambiado en maneras que les hizo probable estimular el sistema nervioso simpático en exceso, incrementando potencialmente la presión arterial, y contribuyendo al desarrollo de enfermedades del corazón.

Este hallazgo es importante ya que añade a nuestro entendimiento de cómo a nivel celular, la inactividad aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, dijo el Dr. Mueller. Pero aún mas interesante, los resultados destacan que, la inactividad puede cambiar la estructura y el funcionamiento del cerebro, al igual que la actividad lo hace.

Por supuesto las ratas no son personas, y este es un estudio pequeño y a corto plazo. Sin embargo, demuestra que la inactividad tiene un amplio rango de efectos fisiológicos. En futuras presentaciones, el Dr. Mueller planea mostrar las fotos de las diferentes neuronas de las ratas, resonando con el antiguo mensaje contra las drogas, señalando: “Este es tu cerebro” y “Este es tu cerebro en el sofá”.

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