12/7/2013: Mi selección de la semana en Fitness y Salud.

Pili Cuadrado

Pili Cuadrado

Sé que tienes una agenda muy ocupada, pero quieres mantenerte al día con las últimas noticias e investigaciones sobre fitness y salud. Por eso, cada semana te informo sobre un artículo reciente que he leído. El artículo de esta semana es:

How Exercise Can Calm Anxiety [Como el Ejercicio Puede Calmar la Ansiedad]

En una reveladora demostración de la pureza de la naturaleza, los investigadores de la Universidad de Princeton han descubierto recientemente que el ejercicio crea nuevas células cerebrales vibrantes y las apaga después cuando ya  no tienen que estar en acción.

 Aquí mi resumen:

Desde hace algún tiempo, los científicos estudiosos del ejercicio se han sorprendido por dos efectos aparentemente incompatibles de la actividad física en el cerebro. Por un lado, se sabe que el ejercicio provoca la creación de células excitables en el cerebro, (el concepto de células excitables se le da a las células o tejidos que generan una respuesta cuando reciben un estímulo), y al mismo tiempo, el ejercicio induce un patrón general de calma en ciertas partes del cerebro.

La mayoría de nosotros probablemente no nos damos cuenta de que las neuronas nacen con ciertas predisposiciones. Algunas, a menudo las más jóvenes, son, por naturaleza, fácilmente excitables. Responden a casi cualquier estímulo, lo que es bueno si se desea acelerar el pensamiento y la formación de la memoria. Pero esa característica de estas células, no es deseable durante el estrés del día a día, ya que puede ser contraproducente y provocar ansiedad.  

Estudios en animales han demostrado que el ejercicio físico genera neuronas excitables en abundancia, especialmente en el hipocampo, la parte del cerebro involucrada en el pensamiento y las respuestas emocionales. Pero también se ha descubierto que el ejercicio reduce la ansiedad en las personas y los animales.  

¿Cómo puede el ejercicio crear las condiciones ideales para la ansiedad en el cerebro y al mismo tiempo dejar a los que se ejercitan con una tranquilidad profunda?, los investigadores de Princeton se preguntaron.

A partir de esto, se reunió un grupo ratones adultos y se les inyectó una sustancia que marca las células recién nacidas en el cerebro, y durante seis semanas, se dejó a la mitad de ellos correr a su antojo sobre pequeñas ruedas, mientras que los otros estuvieron quietos en sus jaulas.

Después, los científicos determinaron el nivel del nerviosismo inicial de cada grupo. Teniendo en cuenta el acceso a las jaulas con áreas abiertas y bien iluminadas, así como rincones oscuros, los ratones que corredores estaban más dispuestos a explorar con cautela y pasar tiempo en espacios abiertos, una indicación de que eran más seguros y menos ansiosos que los animales sedentarios.

Los investigadores también revisaron los cerebros de algunos de los corredores y los ratones sedentarios para determinar cuántas y qué variedades de nuevas neuronas tenían.

Como era de esperarse, los cerebros de los corredores estaban llenos de muchas neuronas nuevas y excitables. Los cerebros de los ratones sedentarios también contenían células similares, pero no en abundancia.

Los cerebros de los corredores, además, tenían un notable número de nuevas neuronas diseñadas específicamente para liberar un neurotransmisor que inhibe la actividad del cerebro, haciendo que las otras neuronas no se disparen fácilmente. En efecto, se trata de neuronas destinadas a callar y tranquilizar la actividad en el cerebro.

En los cerebros de los corredores, hubo nuevas y numerosas poblaciones de estas células en una parte del hipocampo, la cual está asociada con el procesamiento de las emociones.

Lo que todo esto sugiere, dice Elizabeth Gould, quien escribió el documento junto con su estudiante Timoteo Schoenfeld, “es que el hipocampo de los animales corredores es inmensamente diferente al de los animales sedentarios. No sólo hay más neuronas y sinapsis excitatorias, pero también las neuronas inhibidoras son más propensas a ser activadas, probablemente para amortiguar las neuronas excitatorias, en respuesta al estrés.

“Por supuesto, como todos sabemos, estamos hablando de animales”. Sin embargo, la Dra. Gould dice que “otros estudios demuestran que el ejercicio físico reduce la ansiedad en los seres humanos”, lo que sugiere que algo similar ocurre en el cerebro de las personas que se ejercitan. “El hipocampo de las personas activas pudiera ser menos susceptible a ciertos aspectos indeseables del estrés que el de las personas sedentarias.”

 

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