4 Cosas que Aprendí de mi Intención de Cuaresma

Pili Cuadrado

Pili Cuadrado

Hace muchos años durante la cuaresma, solía hacer un sacrificio—intención–empezando el miércoles de Ceniza y terminando el Domingo de Pascua. Generalmente escogía no tomar café o no comer dulces, para de este modo, también contribuir a perder algo de peso.

Este año, escuchando a algunas de mis clientas hablar de lo que iban a poner en intención, decidí hacer algo que me costara, pero que al final se convirtiera en un hábito, bueno.

La intención que elegí fue visitar el Santísimo–sitio que imagino que los que me leen conocen–en la Casa de la Anunciación, todos los días durante la Cuaresma, lo que se fue convirtiendo con el paso de los días en algo que era necesario.

Aquí hay 4 cosas que aprendí de mi intención de cuaresma.

1.- Cuando se hace un compromiso y se le da la importancia verdadera, es más fácil cumplirlo.

2.- Cuando se saborea la intención y se entiende el impacto que esta está teniendo en tu vida, es mucho más fácil continuar.

3.- La verdadera satisfacción está en vencer todos los obstáculos que surgen para poder cumplir lo que intentas, y aun así lograrlo.

4.- Mantener tu intención te ayuda a construir fortaleza, importante para lograr objetivos o superar cualquier reto en la vida.

Cosas que me ayudaron a lograrlo

  • En mi agenda estaba anotado todos los días “Visita al Santísimo”, sin hora porque tenía que buscarla en cualquier momento dentro de mis otras obligaciones—yo prácticamente tenía que fabricar el momento para ir.
  • Lo chequeaba en la agenda igual que como lo hacía con mi rutina de ejercicios o cualquier otro asunto importante una vez llevado a cabo.
  • Asumí el compromiso no solo conmigo, sino con mis clientas y las personas más cercanas. A veces cuando nos comprometemos delante de las personas que nos admiran o para las que somos una motivación, debemos pensarlo bien antes de rendirnos.

Debo admitir que durante los primeros días o quizás durante los cuarenta no fue tan fácil desplazarme hasta ese lugar, donde a veces el parqueo es difícil, o porque la hora en que podía ir no era la más cómoda.  

Hasta hoy no he perdido ni un solo día de mi intención, y lo que me encanta es que después de casi 40 días, espero ansiosa la próxima visita al santísimo, así en vez de celebrar el lunes de Pascua con un pedazo de dulce, o retomando cualquier otro hábito, logré hacer uno nuevo y muy bueno.

Más…

Se me ocurre que podrías aplicar algo de esto en tu trabajo de acondicionamiento físico o entrenamientos. Puedes darle al tiempo de ejercitarte una importancia especial en tu día, asumiendo el compromiso de hacerlo no solo por un tiempo definido, si no todos los días por el resto de tu vida.

Como me paso a mí, bien podrías conseguir permanecer y adquirir el hábito, siempre y cuando le des la importancia que tiene y entiendas como te beneficia.  

¡Feliz Pascua de Resurrección!

Me encantaría saber cual fue tu intención, si pudiste mantenerla y cual fue tu experiencia.

 

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