1. Aparece todos los días a tus clases. Hazlo aunque sea con los ojos cerrados, si es tempranito.
2. No dejes que nadie especule con tus días y horario de ejercitarte. Nadie es, nadie.
3. Termina tu día consciente de que mañana te toca ejercitarte, así que descansa. Aprende a proteger tus horas de descanso, pon límites a una hora determinada y desconéctate de todo.
4. Ten un propósito y que te quede claro. ¿Cuál es tu propósito para estar en forma? El mio es vivir más de cien años y todavía ser productiva y servir al mundo.
5. Trabaja en todas las anteriores. Trabaja con una devoción fiera en estas claves día por día por el resto de tu larga vida.
Además, rodéate de personas que contribuyan a que esto se lleva a cabo. Que te ayuden a tener una mejor calidad de vida. Y a ser más productiva y feliz. ¡Eso no falla!
Y para los que no te apoyan, ten el coraje de hacerles ver cómo vives tus días y de paso sé una inspiración para ellos.