Para muchos resultaría imposible tan siquiera pensar en ser más productivo en menos de 8 horas al día. Y lo cierto es que estamos acostumbrados a trabajar de manera lineal en vez de hacerlo como sprinters.
Cuando trabajamos por más de 90 minutos sin ningún descanso, nuestro cerebro se fatiga. Y dejamos de ser productivos. Literalmente pasamos de ser productivos a estar ocupados.
Las investigaciones en diferentes campos han demostrado que, la mejor manera de trabajar es en bloques de 30 a 90 minutos. Con profunda concentración en una sola tarea, es decir, sin hacer varias cosas a la vez. Y removiendo todas las distracciones. Especialmente la distracción–adictiva–que supone el teléfono celular.
Seguidos estos bloques de 5 a 20 minutos de descanso o breaks. Durante los cuales dejamos que nuestra mente deambule. Y nuestro cuerpo se mueva. Una vuelta a la manzana, una meditación corta, un set de sentadillas o push ups. Y si trabajas en casa alguna tarea hogareña.
Te sorprenderás de lo mucho que vas a conseguir hacer en tan solo 3 o 4 horas.