Nuestra vida la conforman los hábitos, ya sean buenos o malos. Lo importante es ir sustituyendo los buenos por los malos. Esa es una gran manera de generar cambios.
Uno de los mejores hábitos es el de ejercitarse y, también el de madrugar. Hay una gran magia en realizar ejercicio temprano en la mañana.
En las primeras horas de la mañana estamos serenos y eso nos permite construir una energía que, determinará en gran medida cómo será nuestro día.
Si al hábito de madrugar le sumas el del ejercicio regular también a esa hora, conseguirás empezar tu día más energizada. Y con la inspiración necesaria para hacer un excelente trabajo o tener un excelente desempeño a lo largo del día.
Una idea para el ejercicio mañanero
Ejercitarte debería ser lo primero que hagas luego de cepillarte los dientes. Y si no tienes mucho tiempo puedes hacer una rutina corta (pero intensa) de 15 o 20 minutos.Y completar con un segundo entrenamiento al finalizar tu día.
Este segundo entrenamiento puede ser una caminata, montar bicicleta o una clase de yoga.
Las madrugadas están cargadas de una energía y de una paz que pueden ayudarnos a ser más creativos, más saludables y fuertes.
Lectura sugerida: El Poder de los Hábitos
