Fitness: 2 secretos para formar hábitos que perduran

Pili Cuadrado

Pili Cuadrado

Probablemente al día de hoy 24 de Enero del 2019 la mayoría de las personas que empezaron un programa de fitness principio de año ya lo han dejado.  O están siendo inconsistentes.

Y es que el tema con la formación de los hábitos es profundo. Incluso para mí, que trabajo ayudando a las personas a instalar el hábito del ejercicio.  Cuando he tratado de instalar otros hábitos que simplemente me superan.

Sin embargo, a lo largo de estos 7 años me he dado cuenta de que hay dos claves importantes para que el hábito del ejercicio se quede.

 

La Comunidad

 

Según mi experiencia, una de las claves para instalar el hábito del ejercicio, aunque no para todos, es trabajar en grupos. Si son pequeños mejor. 

Está demostrado que absolutamente todo, desde tu peso hasta tu acondicionamiento físico o incluso,  si fumas, está severamente determinado por quienes te rodean.

Investigaciones han demostrado que, si entrenas con personas super motivadas es, muy probable, que termines de igual manera. La motivación es contagiosa.

Sin embargo, no solo la motivación se ve reforzada por la comunidad, sino también la responsabilidad.

A mí me ha pasado que cuando instalando un hábito, me comprometo con un amigo responsable y lo retroalimento de mi proceso y avance. De esta manera es muy difícil que abandone.

 

¨La gente con la que entrenas, determinará tu nivel de fitness¨

 

La Autocompasión

 

Mientras más difícil sea la primera etapa en la instalación del hábito más probabilidades hay de fallar y de volver a viejos comportamientos.

A mí me pasó cuando instalando el hábito de madrugar, y cuando fallaba era muy dura conmigo.  Hasta que aprendí a tenerme paciencia y compasión.  

 

¨Todo cambio es duro al principio¨

 

Un estudio publicado en el Boletín de Psicología Personal y Social en el año 2012, encontró que las personas que reaccionan ante el fracaso con autocompasión se encarrilan mucho más rápido que los que se juzgan a sí mismos.

Esto se debe a que si te juzgas a ti mismo por cometer un error, es probable que te sientas culpable o avergonzado. Y es a menudo esta misma culpa o vergüenza la que genera más conductas no deseadas.

La autocompasión no es fácil, especialmente para las personas que tienden a ser duras con ellas mismas. Sin embargo, se puede decir, que ésta es también un hábito. Es una práctica continua de darse el beneficio de la duda.

Lo mejor que puedes hacer cuando fallas es reconocer que lo has hecho porque lo que estás tratando de hacer no es fácil. Y luego volver a encarrilarte.

Lectura sugerida: El Poder de los Hábitos de Charles Duhigg

 

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