La semana pasada hablamos de la importancia del ejercicio y su impacto en una salud duradera y de las condiciones ideales para formar un hábito. De manera que este se automatice y se quede para siempre.
Dicho esto, hay algo que es también importante en este proceso. Saber que cuando pensando en el programa de fitness ideal hay que tomar en cuenta lo siguiente.
Hay dos formas para incorporar el movimiento en tus días. Una es cuando te ejercitas (una clase de yoga, caminar, trotar). Y la otra es moviéndote a través del día de trabajo o estando en casa.
Ambas son importantes
Y debes ser consistente por lo menos con una de las dos. Aunque ambas son las que te asegurarán una salud perdurable.
Las investigaciones han demostrado que, aunque te ejercites consistentemente, si pasas el resto del día sentado tu salud y bienestar se van a ver afectados. Y es algo que pude comprobar yo misma, cuando durante la cuarentena cambió mi manera de trabajar (sentada todo el tiempo) y, aunque me ejercitaba gané peso y perdí agilidad.
Una combinación excelente
La gente que tiene la disposición y motivación de combinar estas dos formas de movimiento, son las que mejor nivel de fitness tienen.
Piensa en por ejemplo, ejercitarte dos veces a la semana con entrenamientos de fuerza y los otros días puedes hacer una caminata, una clase de yoga. Subir las escaleras en vez de utilizar el ascensor. Estar más tiempo de pie. En fín agregar más movimiento a tu día.
Lo más importante de todo es que puedas bloquear en tu agenda tu tiempo de ejercitarte. Y hacerlo no negociable. A menos que sea una emergencia familiar nunca negocio mi tiempo de ejercicio. Y defiendo esta media hora o 45 minutos porque es lo que me ayuda a ser más eficiente el resto del día. Y tener el ánimo y energía para inspirar a las personas que me rodean.
Movernos nos ayuda a hacer mucho mejor todo lo demás.
En mi próximo artículo te contaré acerca de los elementos de un buen programa de fitness y de lo simple que es estar en forma. Mantente conectado.