Sé que tienes una agenda muy ocupada, pero quieres mantenerte al día con las últimas noticias e investigaciones sobre fitness y salud. Por eso, cada semana te informo sobre un artículo reciente que he leído. El artículo de esta semana es:
Is Breakfast Overrated? [¿Está el Desayuno Sobreevaluado?]
Aquí mi resumen:
Por años hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante del día. Sin embargo, el soporte científico de esta idea ha sido sorprendentemente amplio, y una avalancha de nuevas investigaciones en varias diferentes universidades—publicadas en múltiples artículos en la emisión de agosto del American Journal of Clinical Nutrition—podría cambiar la forma en que pensamos acerca de lo que comemos en las primeras horas del día.
El más grande y más provocativo de los estudios se enfoca en si el desayuno juega un papel en la pérdida de peso. Los investigadores en la Universidad de Alabama, en Birmingham, y otras instituciones, reclutaron cerca de 300 voluntarios quienes estaban tratando de perder peso. Ellos asignaron aleatoriamente sujetos para saltar el desayuno, siempre desayunar, o continuar con sus actuales hábitos de alimentación. (Cada grupo tenía personas quienes habitualmente comían o saltaban el desayuno al principio, así que algunos cambiaron los hábitos, y otros no lo hicieron.)
Dieciséis semanas después, los voluntarios regresaron al laboratorio para ser pesados. Ninguno había perdido mucho peso, solo una libra más o menos por persona, el peso no se afecto por el hecho de si alguien se había desayunado o no.
En otro estudio—este con voluntarios delgados—investigadores en la Universidad de Bath determinaron las tasas metabólicas de descanso, niveles de colesterol y perfiles de azúcar en la sangre de 33 participantes, y aleatoriamente se les asignó a comer o saltarse el desayuno. Los voluntarios fueron provistos de monitores de actividad.
Después de seis semanas, su peso corporal, las tasas metabólicas de descanso, el colesterol y la mayoría de las medidas de azúcar en la sangre, fueron aproximadamente los mismos que habían sido al principio, aunque se hubieran desayunado o no. La única diferencia fue que los que se desayunaban parecían moverse más durante la mañana; sus monitores de actividad mostraron que los voluntarios en este grupo quemaron casi 500 calorías más en movimientos de ligera intensidad. Pero al comer el desayuno, ellos también consumieron 500 calorías adicionales cada día. Contrario a la creencia popular, saltarse el desayuno no llevó a los voluntarios a devorar enormes almuerzos y cenas—pero esto de alguna manera los había hecho más lentos temprano en la mañana.
Colectivamente, la nueva investigación sugiere que en términos de pérdida de peso, “el desayuno puede ser solo otra comida,” dijo Emily Dhurandhar, profesora asistente en la Universidad de Alabama, quien dirigió el estudio allá. Saltar el desayuno en estos estudios, dijo ella, no hizo que la gente engordara.
Cada estudio fue equitativo, sin embargo, y envolvió un rango limitado de voluntarios. Se necesitan más experimentos aleatorios, antes de que comprendamos completamente el impacto del desayuno, dijo Jaimes Betts, el profesor quien dirigió el estudio con gente delgada. No está claro todavía, por ejemplo, si los cuerpos de la gente pesada responden de manera diferente a las comidas de la mañana que los de la gente delgada, o si la hora y la preparación del desayuno importan.
Por ahora, las investigaciones parecen concluir que si te gusta el desayuno, bien, pero si no, no te preocupes. “Yo casi nunca me desayuno”, dijo el Dr. Betts. “Esa fue parte de mi motivación para realizar esta investigación, ya que todo el mundo siempre me estaba diciendo algo con relación a saltar el desayuno.”
Basado en los resultados de estos estudios, el dijo que sus hábitos no cambiarán.