Hay un mito generalizado cuando se habla de acondicionamiento físico o estar en forma que nos sugiere que para esto hay que hacer alguna clase de programa extremo o conseguir cambiar de estar flácido a estar tonificado de la noche a la mañana.
La mayoría de las veces, la manera en que se retrata lo que es estar en forma es siempre o un “Súper Fit Body Builder” o alguien que esta escalando el Monte Everest.
Particularmente no entreno modelos de trajes de baño o estrellas de cine, sino gente normal que definitivamente luce mejor, duerme mejor, se siente mejor, y tiene más energía, y si hablo de gente con condiciones musculares, tengo ejemplos de verdaderas campeonas. En fin gente que está en forma, con diferentes estilos de vida y condiciones físicas pero que tiene en común los beneficios físicos y emocionales que le proporciona su entrenamiento.
Cuando decidas integrar el ejercicio a tu estilo de vida piensa en:
Lo que buscas a la hora de ejercitarte. Que te funciona, con que te identificas, que tipo de entrenamiento o entrenador deseas.
Lo que quieres lograr. Mas energía, más flexibilidad, mejor condición física en general, lo que se traducirá en una excelente forma física.
Cómo te quieres sentir. No solo físicamente si no también emocionalmente, cómo te harán sentir los retos que se te presenten en tu entrenamiento, que experiencia querrás tener.
Estar en forma, muchas veces, es un trabajo de adentro hacia afuera. No esperes milagros, pero si conseguir una mejor versión de ti y tener una mejor vida.